Con la llegada de un nuevo año son muchos los propósitos que tenemos en mente: ver más a nuestros familiares y amigos, viajar más, leer al menos un número determinado de libros, etc… pero desde Crismona os recomendamos que para este 2020 integréis a vuestra rutina al menos estos diez hábitos saludables. Con ellos lograréis obtener una serie de beneficios tanto en vuestra salud como en el trabajo o vida personal:
1) Alimentación saludable: El primer punto es el más repetido. Siempre se ha dicho que tenemos que cuidar la forma en la que ingerimos los alimentos, y desde Crismona siempre se ha destacado. El consumo de verduras y frutas debe ser esencial y diario, seguido de hidratos de carbono, proteínas y dejando las grasas para ocasiones especiales. Esto, sumado a otros hábitos que se detallan más abajo, harán posible una mejora en la salud.
2) Evitar excesos: Entre los excesos más comunes se encuentran el consumo de alcohol y el consumo de tabaco. Son dos excesos que más comúnmente se observan en la sociedad, y que dificultan tener una vida sana. Dejar de tomarlos previene de la aparición de muchas enfermedades que tienen que ver con órganos claves para el correcto devenir del cuerpo humano: riñón, pulmones o corazón, entre otros.
3) Come sin prisas: A la hora de sentarse a la mesa para realizar las comidas del día es necesario que se le dedique entre 25 y 40 minutos. Comer en menos tiempo se considera negativo y malo para la salud. Los alimentos llegan al estómago de forma apresurada y esto hace que las digestiones sean complicadas. Si a esto le destacamos que la comida sea copiosa, el riesgo es aún mayor.
4) Realizar ejercicio: Quizás este es uno de los puntos más importantes del artículo. La práctica de deporte o ejercicio físico hace posible que nuestro cuerpo tenga un metabolismo más activo. No hace falta que todos los días se realicen actividades físicas, pero al menos caminar durante 30 minutos cuatro veces por semana, es lo básico para mantener el cuerpo activo.
5) Dormir ocho horas: Los especialistas recomiendan que una persona debe dormir al menos ocho horas al día. Parece algo lógico, pero con los horarios de la sociedad actual en los que hay que compaginar trabajo, ocio y relaciones familiares, puede ser muy difícil. Si esto no se produce aparecerán síntomas de estrés y cansancio.
6) Mantén una buena postura: Tanto en el trabajo como en casa es bueno estar bien sentado para evitar lesiones o dolores que puedan llevar a enfermedades. Por ello, para tener buena salud, se recomienda estar sentado y que el cuerpo forme un ángulo de 90º entre la espalda y las piernas. Del mismo modo, es aconsejable que cada hora y media sentado, la persona se levante y camine algo de tiempo.
7) Disminuir el estrés: Este estado mental que sufren muchas personas es un condicionante negativo para mantener una rutina saludable. Las obligaciones y el trabajo hacen que este síntoma vaya a más. Los especialistas recomiendan dedicarle un momento del día para desconectar haciendo actividades que nos reconforten y así disminuir la presión. Realizar esto durante las jornadas de trabajo hace viable que el estrés no repercuta de forma tan negativa.
8) Ejercitar la mente: Muy en común con el punto anterior, ejercitar la mente puede tener beneficios saludables para la mente. La lectura es el elemento principal para ejercitarla, aunque también hay pasatiempos para ello. Si realizas estos u otras técnicas es más que posible que tu salud mejore.
9) Mejorar tu higiene: Parece algo normal, pero mantener la limpieza personal está relacionado con una mejor salud. No obstante, dónde se dan más problemas de higiene es en la zona de la boca. Los descuidos y un mal cepillado pueden hacer posible que sea el conducto principal de enfermedades comunes como un resfriado o la gripe. Por ello se recomienda que se cepillen los dientes tres veces al día, y que no se abuse el uso de chicles.
10) Evitar el abuso de tecnología: Actualmente nuestra sociedad está condicionada por el uso de las nuevas tecnologías. Ya sean los teléfonos móviles, tablets u ordenadores, son dispositivos que estamos todo el día viendo y que condicionan nuestra vida. El no estar pendientes de ellos dan opciones a poder hacer otras actividades (como ejercicio físico, la lectura o incluso el descanso). Por ello, como con otras acciones, es mejor ponerse unos límites y horas de uso.